Siempre hemos pensado, expertos y amateurs amantes de la compañía vegetal, que el cactus gusta de climas cálidos, ambiente seco y sol en abundancia.
Al menos eso es lo que creía yo.
Tras casi un año de convivencia con este varonil ejemplar, pura espina y cuerpo fibroso, cual ha sido mi sorpresa, cuando tras un traslado provisional y a la sombra, por mudanza de ventanas y macetas, mi espinoso amigo me obsequia con esta nueva perspectiva:
Tras unos incipientes brazos cubiertos de vello suave y gesto de danza, aparece esta especie de futura flor, de pétalos de papel de seda y previsiblemente hermosa ...
Seguiré informando.
Vivir para ver.
Espero ansiosa para ver el desarrollo de esa incipiente maravilla...
ResponderEliminar