Sountrack your life, es decir, ponle banda sonora a tu vida.
Sunday morning.
Bus in town.
I pod.
Aleatorio canciones.
Voy camino de la playa.
Empieza un tema, directo al corazón. Ya he hablado de él. Ya he comentado la canción. Mi querido Micah, esa voz que me enamora. "Tell Me It Ain't So" desgrana sus primeros acordes. Conocida, fiable. Honda como una caricia que me recorre la columna vertebral.
Una vez más pienso que mi I pod es sabio, o me conoce demasiado bien, o que el pequeño ser que habita en su interior es endiabladamente bueno y debería ganar un sueldo más alto.
El autobús se desliza entre árboles y fachadas. El puerto. Los viejos edificios, los nuevos. Lo auténtico, lo falso. "The body breaks", Devendra Banhart y su voz dehilachada, hecha de pedazos, algo famélica pero siempre amable. Perfecta para las periferias y las mezclas.
Sol y barrios residuales con tesoros ocultos por la ruina. El cielo blanco del invierno que lo inunda todo de pálida bruma.
La playa.
Intento una polaroid en mi cabeza. Pinto con palabras. Describo con música.
Lo primero que veo son caballos. Caminan a cámara lenta, sabiéndose bellos e inalcanzables, con elegante silueta y plácida marcha. Entonces, un acierto más de la casualidad (?) entran los Wilco y su "Sky blue sky".
Wilco: una banda de la que aún no he hablado pero con la que he pasado grandes momentos llenos de preciosos matices...
Veo colores, un pequeño grupo de jugadores de fútbol, calzones holgados, amarillos, rojos, azules, gorras y camisetas flojas, rodillas artríticas en piernas como ramitas frágiles, algunas voces o sonidos de pájaro.
Hago un barrido de 360 grados. El día es blanco, plata. El mar lame la orilla blandamente. Hace frío. Las pálidas manos del invierno cubren la mañana.
He de terminar. Apago mi banda sonora. Llega la primera de mis amigas.
Ahora he de cambiar música por palabras.
Claqueta. Escena nº 1. Diálogo primero.
Soundtrack: Silencio.
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