Dar, pedir y recibir…


O mejor: Saber dar, saber pedir, saber recibir.

Doy bien cuando nadie sabe que doy, salvo la persona a la que doy y no por ello se siente inferior conmigo, porque no le doy para hacerla mi protegida, mi causa, mi razón de vivir. Le doy por ella, para ella, no para hacerme importante a sus ojos, no para mi brillo , no para mí. Doy bien cuando lo hago sin pasar factura.

Pido bien cuando soy clara. Cuando pido humilde, sencillamente. Cuando no espero a que el otro adivine, que nunca lo hará. Cuando no espero a que el otro se anticipe. No. Pido yo, sin exigencia, sin plazo de respuesta, sin comparación, sin competencia con un ideal del otro que el otro no podrá nunca superar. Pido bien cuando sé que lo merezco, no porque soy víctima, sino por dignidad, aunque sepa que nadie está obligado a dármelo.

Recibo bien cuando valoro y agradezco lo recibido y lo expreso de forma clara. Recibo bien cuando no me humilla recibir. Cuando considero el don una dádiva de amor, de amistad.

1 comentario:

  1. Una de las cosas que me enseñaron de pequeño es a pedir siempre las cosas por favor y también a dar siempre las gracias, aunque en tu petición te asista toda la razón del mundo y te amparen todos los tribunales. A lo mejor estoy hablando de educación y normas mínimas de relaciones sociales, cosas tal vez del siglo pasado

    ResponderEliminar