Oficios personales


Hay quien es un excelente fotógrafo. Mira el mundo tras una lente óptica, a través del zoom. Capta el momento, la luz, el ángulo más favorecedor del modelo, el gesto, la belleza del paisaje, su dato más relevante, aunque esté oculto. Pero casi nunca sale en la foto.

Costureros y decoradores, expertos en revestir su entorno y su persona con aquello que mas les favorece. Construyen, cada día un decorado, un personaje. En el fondo desean agradar a los otros y acercarse a ellos, sin embargo, lejos de conseguirlo, apenas sobreviven en un mundo hermoso pero falso.

Otros gustan de practicar la enfermería, les interesa básicamente la ayuda y el cuidado de los demás. Tienen, para todos, remedios contrastados en si mismos: Pastillas para casi cualquier dolencia, cataplasmas, masajes, placebos y caramelos de menta. Lo que ocurre es que, en ocasiones, su ímpetu en el servicio les impide esperar a ver qué aqueja a su paciente.

Los Técnicos en alarmas y detección de riesgos no permiten que nada escape a su control. Su mirada periférica, atenta al más mínimo detalle, les alerta del posible riesgo para sus clientes y sus pertenencias. El problema es que, una vez instaladas las cámaras de seguridad, el perro guardián, las alarmas antirrobo, ellos nunca se sienten a salvo.

Algunos son oradores. De gran facilidad de palabra, ávidos lectores, escritores a ratos, enterados de las cosas del mundo, poseen un discurso denso, inacabable. En ocasiones sorprende su gran lucidez y son capaces de excelentes metáforas. Pero ocurre que, hablando hablando, pueden olvidarse de escuchar.

Los hay bomberos. Atentos a los incendios, apagan fuegos sin descanso, salvan víctimas y bajan gatos de los árboles. Expertos en la acción inmediata y los protocolos de salvamento, apatrullan la ciudad con su camión y su campana.Tal vez un día se den cuenta de sus propias quemaduras, o de que, sin querer, alimentan el fuego que nunca llegan a sofocar.

Los Ingenieros de caminos poseen una visión sagaz, capaz de sortear obstáculos porque los identifican rápidamente y los valoran en su justa medida. Averiguan el camino más corto para conectar puntos aparentemente muy distantes. Trazan vías de encuentro, puentes que sortean ríos. Son eslabones, no puntos de destino. Y, calzados con sus botas de siete leguas, son capaces de recorrer cualquier distancia.

Y, por fín, (aunque hay muchos mas) nombraré a los sparring, diestros en fintas y regates, dotados de una fuerza fibrosa y astuta. Saben bien de qué pie cojea el contrario. Encajan los golpes sin desmayar. Si caen, recuperan. Vuelven al ring una y otra vez, constantes, eficaces. Es que acaso no han pensado, ellos mismos, dedicarse al boxeo profesional?

1 comentario:

  1. Alguien me comentó un día que básicamente existen tres tipos de personas: los sádicos, los masoquistas y los "Teresa de Calcuta". Los sádicos son activos, emprendedores, extrovertidos, organizadores, inquietos,no rehuyen el conflicto, les gusta mandar y se sienten cómodos haciéndolo. Los masoquistas, por contra son pasivos, introvertidos, sumisos, tranquilos, les gusta pasar desapercibidos y confundirse en la "masa". Viven su mundo y no quieren que le saquen de él. Los Teresa de Calcuta son los que viven y trabajan para los otros y no buscan el beneficio, sino el reconocimiento. Por eso también son los que más sufren. Son desprendidos, abiertos, buscan la perfección y la excelencia.
    Todo esto son estereotipos, y no se dan en estado puro al 100% nunca. De hecho todos tenemos una parte cada uno de ellos. Pero seguro que cuando los describes se te viene siempre a la mente el nombre de una persona ¿verdad?

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