Es realmente increíble la cantidad de semejanzas que descubro entre el cuidado de las plantas y las cosas de la vida en general.

Durante mucho tiempo, las plantas no me interesaron, no así, la flor cortada, que adornaba y "englamourecía" mi entorno cercano con su color y aroma.
Las plantas, sin embargo, se me hacían difíciles y herméticas, como si su cuidado requiriera por mi parte un conocimiento imposible y una atención desmesurada que yo no podía dedicarles.
Sí conocía de la existencia de ciertas personas consideradas de "manos verdes" a las que por lo visto no se resistía un contínuo crecer de yemas y ramitas y enroscaban floridas enredaderas alrededor de sus ventanas con aparente facilidad. Yo nunca soñé pertenecer a esa rara especie...

Y mírame ahora, con un rosal trepador yendo a por su segunda floración, jazmines que, amorosamente podados hace unos meses, adornan con sus tenues destellos verde clarito mis balcones y una provisión de bulbos de jacintos y muscaris que ya han florecido y que esperan ser plantados de nuevo al próximo otoño.

En realidad, lo único que ha cambiado es que me "he ocupado" del tema...

Tras varios intentos fallidos preliminares ( ahogar con demasiado riego, comprar tierra barata que se llena de bichos porque la importan con bacterias y todo, podar demasiado tímidamente, por lo que no erradicas crecimientos indeseados, sol, olvidos, macetas pequeñas, demasiado sol, demasiado poco ...) me limité a ir más despacio, y así observar respetuosamente qué le pasaba a la planta con cada paso que yo daba. De esta forma se llegó a establecer un diálogo sin palabras y un conocimiento del ser a quien tenía delante.
Y como lo más importante no es lo que haces sino cómo es recibido y qué efecto provoca en el otro y el amor que pones en ese intercambio, pues, poco a poco, cada vez más plantas aceptaron mis cuidados y así ser mis amigas y, a cambio de mi paciencia me regalan ratos increíbles de contacto con la ruda tierra y los tiernos brotes y la alegría íntima e intransferible de estar ayudando a algo vivo a crecer y a dar lo mejor de sí...

Dejo el evidente paralelismo con las personas y las relaciones entre ellas al avispado lector.
Sacad vuestras propias conclusiones.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por tu estreno mundial...

    A propósito de tus plantas:
    Por supuesto, las cosas son tanto más difíciles, cuanto menos nos dedicamos a ellas.
    Pero con las personas pasa lo mismo???

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  2. Chusa dijo.....

    Ya sabía lo artista que eras, pero no tenía idea lo amplia que podía ser tu capacidad.

    Lo as extrapolado a las telas, las lanas, los pinceles, papeles, y todo lo que tocan tus manos. Las plantas no podían ser diferentes. Las vigilas sin que ellas lo noten, las observas y eres capaz de darles lo que necesitan en cada momento, por eso, abren sus ojos de colores hacía ti y cuando cambian de ropa con cada temporada, te miran para encontrar tu aprobación.

    Con las personas es lo mismo, estas ahí, sutil, callada a veces, oportuna la mayoría y dispuesta a cuidar cuando se necesita, mientras tanto, observas y dejas crecer.

    Enhorabuena por haber conseguido ser así y permitirme compartirlo.

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